Somos un grupo de pastores con responsabilidades en distintas uniones de iglesias, denominaciones e iglesias pentecostales y carismáticas (evangélicas) independientes, de diversos países, que entendieron ser la voluntad del Señor Jesús, en este momento profético, promover la unidad espiritual de la Iglesia. La comunión entre nosotros es únicamente espiritual, pues no constituimos ninguna asociación formal y decidimos hacer esta página web de manera informal.

Las iglesias a las cuales estamos unidos están despertándose, poco a poco, ante la necesidad de tener comunión espiritual y, a causa de eso, están comenzando a interceder unas por otras para que la Obra del Señor sea realizada en nuestro medio de manera completa. Se tratan de iglesias que han pasado y vencido muchas luchas, necesarias para su fortalecimiento. En algunos países, esas iglesias lucharon por establecer la doctrina (“la Palabra de su testimonio”) que hoy anunciamos, necesaria para que la Iglesia sea victoriosa en este momento profético.

En otros países, como los de Europa Oriental, lucharon para establecer el Testimonio necesario para la edificación de la Iglesia en este tiempo, aún en medio a terribles persecuciones (“aun frente a la muerte, no amaron su propia vida”, Ap 12: 11).

Creemos estar siendo dirigidos por el Espíritu Santo, en primer lugar porque estamos posibilitando la unión entre la Doctrina y el Testimonio que glorifican a Dios, ya que estos proclaman uno y otro, la fidelidad y el amor de la Iglesia al Señor Jesús.

En segundo lugar, creemos que el Señor nos está dirigiendo porque esta Obra no tiene como propósito el fomento de grandes líderes ni de ninguna unión o denominación de iglesias. Inclusive, no constituimos ninguna asociación o entidad formal.

Hasta el momento esta comunión congrega pastores y, en algunos casos, también iglesias de distintos países, tales como: Bielorrusia, Brasil, Estados Unidos, Lituania, Rusia y Ucrania, entre otros. Estamos encontrando pastores evangélicos en otros países que ya comparten los mismos objetivos, el de ser dirigidos por el Señor Jesús y el de buscar la Unidad de la Iglesia en todo el mundo, y por eso se sienten llamados a tener comunión con nosotros.

Esas iglesias, así como sus pastores, son pentecostales o carismáticas moderadas (no aceptan las novedades doctrinarias surgidas en la segunda mitad del siglo XX) que creen en las doctrinas del bautismo con el Espíritu Santo, de los dones espirituales y del Gobierno del Señor Jesús sobre Su Iglesia.