Los nuevos creyentes luego perciben que el Señor manifiesta Su presencia en la Iglesia a través del Espíritu Santo, que obra no solamente a través de la predicación de la Palabra de Dios (la Biblia Sagrada), pero también a través de los dones espirituales.

Son, entonces, enseñados por sus pastores con respecto a la necesidad bíblica de buscar con dedicación los dones espirituales (I Cor. 14:1), pues estos son poderosos e instrumentos indispensables para la edificación de la Iglesia (I Cor. 14). “Pedí y se os dará” es el principio bíblico a ser recordado en esa búsqueda. “…¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?”.

Este capítulo reúne testimonios con respecto a como iglesias y siervos han buscado y recibido los dones espirituales, con el propósito de servir de estímulo a buscar los dones da la manera correcta, o sea, orando (inclusive de madrugada e en vigilias) y ayunando con el objetivo específico de recibir los dones espirituales para la edificación da la iglesia.