Doctrina y vida

Doctrina y vida

Existe una gran necesidad en las iglesias en general, particularmente de conocimiento práctico con respecto a determinadas doctrinas de la Palabra de Dios. El conocimiento de la doctrina debe tener una consecuencia práctica para la edificación de la Iglesia. En su vida cotidiana la Iglesia debe, por lo tanto, dar un testimonio que confirme su fe en las enseñanzas bíblicas y que demuestre el amor y la fidelidad a Dios.

Hay diversas doctrinas que la Iglesia no está viviendo, no las está practicando como debería. Entre esas se destacan las doctrinas de la Iglesia como Cuerpo de Cristo; los cinco ministerios (Ef 4: 11); los dones espirituales usados con sabiduría y discernimiento de Jesús como Cabeza de la Iglesia; el poder de la Sangre de Jesús y el ministerio del Espíritu Santo, quien transmite las orientaciones del Señor para su Iglesia.

El Señor está enseñando a miles de Iglesias locales de diversos países a comprender y colocar en práctica esas doctrinas, la “Palabra de su testimonio” (Ap 12: 11). El resultado de esa práctica está siendo una poderosa edificación del Cuerpo de Cristo caracterizada por una Obra de santificación y de salvación, un gran énfasis en la evangelización y en la presencia real de Jesús en medio de su pueblo.

En otros países, como los de Europa Oriental, el Señor llevó innumerables Iglesias a luchar para dar el testimonio que glorifica al Señor, las llevó al pleno sentido del lema: “sé fiel hasta la muerte”, frente a terribles persecuciones, un testimonio que la Iglesia necesita conocer para que pueda recibir la edificación necesaria para estar preparada para el arrebatamiento (Ap 12: 11).

Esta comunión entre pastores y líderes, e Iglesias, que posibilita la unión entre la Doctrina y el Testimonio, crea condiciones para que la Iglesia fiel se beneficie de todos los medios necesarios para su edificación.